A pesar de que pueda parecer que el plástico ha estado siempre presente en la economía, su origen se remonta a finales del siglo XIX, aunque no fue hasta la primera década del siglo XX en que Leo Baekeland inventó la baquelita, el primer plástico termoestable. Dos décadas después, se desarrollaron los primeros polímeros, que hoy son los que se utilizan masivamente en el mundo.
En la actualidad, se producen anualmente alrededor de 300 millones de toneladas de residuos plásticos de distintos tipos, aunque, de acuerdo a las Naciones Unidas, apenas se recolecta un 14% para reciclar. A lo largo de la historia, se estima que apenas el 9% de los desechos plásticos que se ha producido se ha llegado a reciclar. Esta realidad supone una gran oportunidad de negocio para muchas empresas e industrias, en un contexto de preocupación creciente y global por la sostenibilidad del planeta y por la puesta en marcha de iniciativas de Economía Circular que lo protejan.
Clases más destacadas
Dependiendo de su estructura interna, es posible clasificar los plásticos como termoplásticos, termoestables o elastómeros, aunque, a nivel más general, los principales tipos de plásticos según su utilización, cada uno con un grado de facilidad diferente para poder ser reciclado son:
- Tereftalato de polietileno (más conocido como PET). Es probablemente el de mayor facilidad de reciclaje. Se usa en la comercialización de un sinfín de productos en sectores como el de la alimentación, el de la automoción, el textil o el farmacéutico. Habitualmente, para su reciclado este plástico es triturado y molido en trozos pequeños que luego se vuelven a procesar, aunque se está trabajando continuamente en técnicas de innovación para mejorar este proceso. RepetCo, por ejemplo, ofrece un sistema patentado propio, respetuoso con la naturaleza, a través de envases de PET/PE multicapa alimentarios de origen postconsumo. Por medio de un proceso único, se generan rPET pellets y rPE que pueden ser utilizados de nuevo en la industria alimentaria con bandejas y envases de láminas multicapa de PET/PE; en botellas para refrescos o detergentes; y en fibras para la industria textil y del automóvil.
- Polietileno de alta densidad (o HDPE). Habitualmente es más resistente que el PET, pero, también, más contaminante (contiene antimonio) y goza de un nivel de transparencia semejante. Es igualmente de fácil reciclaje.
- Polietileno de baja densidad (o LDPE). Es algo más difícil de reciclar que el PET o el HDPE pero contiene algunas sustancias tóxicas, como aldehídos, cetonas o carboxílicos. Es uno de los materiales más utilizados en la actualidad por parte de diferentes industrias.
- Policloruro de vinilo (o PVC). Contiene una sustancia tóxica llamada nonilfenol, lo que no evita que se utilice en una amplia gama de productos, que van desde los marcos de las puertas a las tarjetas de crédito o a diversos materiales de construcción. Es uno de los plásticos de más difícil reciclaje que existen.
- Poliestireno (PS). Es algo más fácil de reciclar que el PVC pero muy lejos del PET. También contiene sustancias tóxicas, como estireno, benceno, antimonio o bromo. En la actualidad, se utiliza, por ejemplo, en ciertos envases de yogures, de rellenos para embalaje y hasta en juguetes.
- Polipropileno (PP). Se puede reciclar con cierta facilidad, pero tiene el inconveniente de que incluye muchas sustancias tóxicas, como fenol, aldehídos, cetonas, carboxílicos o ftalatos. Es usado en muchos productos, como en pajitas y tapones de botellas, en algunos materiales sanitarios como las jeringuillas o en diversos tejidos, como lonas o alfombras.
rPET, un material muy sostenible
De acuerdo al estudio ‘rPET: la mejor solución para garantizar la circularidad de los envases’, elaborado por el Centro de Innovación y Desarrollo para la Economía Circular (Cidec), el rPET es el material plástico que menor impacto ambiental causa gracias a que es el que menos gases de efecto invernadero emite a la atmósfera.
Entre sus principales ventajas, cabe destacar:
- Es completamente reciclable
- Reduce el consumo de combustibles fósiles gracias a que es ligero por lo que su transporte y distribución requiere un menor consumo de energía
- Es transparente, facilitando la tarea de los consumidores
- Es flexible
- Goza de una gran resistencia, lo que es idóneo para comercializar distintos productos
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