El uso del plástico reciclado es clave para la industria de la alimentación. En la actualidad, el Tereftalato de Polietileno (PET) es el único material plástico con procesos autorizados de reciclado para el  envasado de muchos alimentos, cumpliendo con todos los requisitos de seguridad que exige la Unión Europea (UE). El incremento en su utilización por parte de las empresas de alimentación obliga a la industria del reciclaje a promover medidas para aumentar su producción en los próximos años, que pasan principalmente por dos vías: incrementar el volumen de plástico desechado que llega a las plantas de reciclado y seguir innovando para conseguir incrementar las propiedades y la vida útil del material.

 

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Ventajas del uso del PET en alimentación

Entre las ventajas que ofrece el PET destacan la flexibilidad y ligereza, la resistencia química y térmica que soporta, el aguante que tiene ante la abrasión y ante roturas, o que es fácilmente limpiable. Además, debido a que es transparente, permite a los consumidores ver lo que alberga en su interior. También es muy resistente ante roturas y tiene un coste de producción menor que el de otros materiales, lo que significa un consumo más bajo de agua y de energía.

El PET favorece la contención de alimentos en frío, es transparente, resistente, ligero y fácilmente limpiable

Hoy es habitual observar la presencia del PET en bandejas, tarros, tuppers, vasos o botellas, favoreciendo la contención en frío de bebidas y de alimentos de manera hermética, ya que evita que agentes externos perjudiquen el sabor o estropeen la comida. Desde el punto de vista medioambiental, la utilización de este tipo de plástico favorece el reciclaje, estimula un menor consumo de recursos para la fabricación de envases o para su reparto logístico.

Retos para los próximos años

En 2030, todos los envases de plástico distribuidos en Europa serán 100% reciclables. Este es uno de los compromisos de la Estrategia Europea de Economía Circular, que, además, obligará a que los envases plásticos de bebidas de hasta tres litros contengan, al menos, un 25% de material reciclado en 2025, y un 30% a partir de 2030. Uno de los ejes clave de esta estrategia es entender que el plástico es un elemento fundamental para la economía pero que, una vez utilizado, debe tener muchas más vidas, fomentando su reciclaje para distintas industrias.

Uno de los ejes clave de la Estrategia Europea de Economía Circular es entender que el plástico es un elemento fundamental para la economía 

Sin embargo, la importancia creciente del PET plantea dos desafíos. El primero, prácticamente ya cubierto, es el de cumplir con las máximas exigencias técnicas y de seguridad; el segundo tiene que ver con garantizar un suministro suficiente y a un precio competitivo, de manera que se puedan atender las necesidades de los consumidores y con los compromisos de sostenibilidad establecidos por las empresas.

El informe: ’r-PET: La mejor solución para garantizar la circularidad de los envases’, elaborado por el Centro de Innovación y Desarrollo para la Economía Circular (CIDEC), indica que existe un importante desajuste en España entre la oferta y la demanda de PET alimentaria. Centrándose solo en las botellas, el estudio estima que la economía necesita hoy 54 kilotoneladas (kt) de este material pero con la capacidad de producción instalada apenas se llegan a las 35 kt.

Para conseguir equilibrar esta situación, además de mejorar los sistemas de reciclaje para aumentar el volumen de material que llega a las plantas de reciclado, el documento señala que hay que fomentar la innovación, a pesar de que España ya cuenta con una importante infraestructura de entidades que investigan activamente en mejorar las propiedades del PET. Este es el caso de, por ejemplo RepetCo, que ha sido capaz de desarrollar un sistema patentado propio, respetuoso con la naturaleza, a través de envases de PET/PE multicapa alimentarios. Por medio de un proceso único, se generan rPET pellets y rPET que pueden ser utilizados de nuevo en la industria alimentaria con bandejas y envases de láminas multicapa de PET/PE; en botellas para refrescos o detergentes; y en fibras para la industria textil y del automóvil.

Para incrementar la producción de plástico reciclado también resultará fundamental el apoyo público. En este sentido, cabe destacar el Plan de Acción de Economía Circular, impulsado desde el Ministerio para la Transición Ecológica, que incorpora a la gestión de los residuos como uno de sus ejes prioritarios de actuación. A nivel europeo, se están lanzando convocatorias para financiar proyectos que incentiven modelos de negocio más limpios y circulares en materiales clave como los plásticos.

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