Uno de los objetivos marcados en rojo por la Unión Europea (UE) desde hace algunos años es el de la apuesta por la economía circular. Se calcula que, en países como España, alrededor de la mitad de los desechos que se genera en el hogar acaba en un vertedero. Desde las instituciones comunitarias se pretende conseguir que estos y otros residuos lleven a cabo un proceso circular, de manera que se puedan convertir en materia prima para, en un futuro, poder fabricar nuevos productos o transformarlos en energía que nutra la actividad de algunas industrias.

Los pasos que se están dando recientemente para lograr estos hitos son prometedores. La Unión Europea se ha marcado unos ambiciosos objetivos de reciclaje y reutilización de envases de plástico del 50% en 2025 y del 55% en 2030. Además, es previsible que, en poco tiempo, todos los países europeos establezcan impuestos por plástico consumido, que se sumarían a los ya existentes sobre los envases de plástico que no han sido correctamente reciclados. 

El rPET nacional tiene asociado en su ciclo de vida una huella de carbono más baja frente a los productos importados

En el caso específico del rPET nacional, tiene asociado en su ciclo de vida una huella de carbono más baja frente a los productos importados (de entre 0.10 y 0.51 Kg de CO2), lo que subraya la importancia creciente del plástico reciclado en España y su alineación para la consecución de las metas sobre economía circular.

El proceso de reciclaje de los residuos domésticos

En España, existen diferentes normativas sobre los residuos a nivel nacional, como, por ejemplo, la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados; el Real Decreto 833/1988, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento para la ejecución de la Ley 20/1986 básica de residuos tóxicos y peligrosos; el Real Decreto 952/1997, de 20 de junio, que modifica el Reglamento para la ejecución de la Ley 20/1986, de 14 de mayo; o el Real Decreto 293/2018, de 18 de mayo, sobre reducción del consumo de bolsas de plástico y por el que se crea el Registro de Productores.

La Ley 11/97, de 24 de abril, de envases y residuos, diferencia entre dos tipos de flujos de residuos de envases. Por un lado, están los que se usan a nivel comercial-industrial y, por el otro, los envases domésticos. Más adelante, este texto sería revisado y ampliado a través del Real Decreto 782/1998, de 30 de abril, por el que se aprueba el Reglamento de Envases y Residuos de Envases; el Real Decreto 252/2006, de 3 de marzo, por el que se revisan los objetivos de reciclado y valorización; o la Orden de 12 junio de 2001, que establece las condiciones para la no aplicación a los envases de vidrio de los niveles de concentración de metales pesados establecidos en el artículo 13 de la Ley 11/1997.

Gracias al esfuerzo en educación ciudadana por parte de las autoridades, principalmente, de los ayuntamientos, y a la capilarización en la instalación de contenedores en toda España, muchas familias depositan hoy sus desechos de manera correcta en los diferentes contenedores. La mayor parte de los plásticos y de los bricks termina en los de color amarillo, mientras que muchos envases de cartón y de papel se dejan en los azules. Se calcula que, en total, están operativos en España más de 375.000 contenedores amarillos y alrededor de 210.000 contenedores azules.

Se calcula que, en total, están operativos en España más de 375.000 contenedores amarillos y alrededor de 210.000 contenedores azules.

A partir de aquí, los servicios de recogida municipales transportan los distintos residuos a las plantas de selección, en donde son convenientemente clasificados, no solo según su tipología sino, también, en función de la calidad de los materiales. El cartón, por ejemplo, es un elemento bastante recuperable, por lo que establecer la distinción entre las diferentes clases que se van a reciclar permite distribuirlo de manera directa hacia las distintas industrias que van a hacer uso de él para fabricar nuevo material.

En el caso de los envases, el proceso es algo más complejo, ya que hay que separar aquellos que llevan partes de metal, como acero y aluminio, de los bricks o de los plásticos (PET, PEAD-polietileno de alta densidad, Film y Plástico Mezcla). Gracias a esta separación, es posible llevarlos a un reciclador adecuado para que se transforme en nueva materia prima.  

El rol clave de los recicladores

Según datos oficiales, hay 96 plantas de selección de residuos en España, de las que alrededor de dos terceras partes son automáticas, equipadas con tecnología de última generación. Una vez separados y ordenados los distintos materiales, se remiten al reciclador correspondiente, que suele llevar a cabo un proceso químico de limpiado que posiciona a estos elementos en las mismas condiciones que el material virgen.

En España, existen en la actualidad más de 420 recicladores homologados, con capacidad para transformar los envases en materia prima nueva y reutilizable que nutra a las compañías fabricantes de distintos sectores.

En el caso particular de RepetCo, se reciclan mediante un sistema patentado propio y respetuoso con el medioambiente envases de PET/PE multicapa alimentarios de origen postconsumo. Ello permite generar rPET pellets y rPE que podrán ser utilizados de nuevo en la industria alimentaria con bandejas y envases de láminas multicapa de PET/PE; en botellas para refrescos o detergentes; y en fibras para la industria textil y del automóvil. Se trata de un procedimiento único que es sostenible, respetuoso con el medioambiente y sin la utilización de combustibles contaminantes.

Otras noticias de interés: El reciclaje de plástico puede ser la solución ante la escasez de materias primas