Al mismo tiempo que la industria petroquímica ha inundado el mundo con plástico, también ha mantenido firmemente que la respuesta al problema de la contaminación causada por ese producto no pasa por reducir su producción, sino invertir en fórmulas tecnológicas de reciclado posterior. Y una de ellas se ha puesto particularmente de moda. Se trata del llamado “reciclaje químico”, una técnica exclusiva de los plásticos que descompone las moléculas de polímeros en materias primas petroquímicas que se pueden utilizar, entre otras cosas, para fabricar nuevos plásticos. O, dicho de otra forma, dar marcha atrás en el proceso de producción de los plásticos y devolverlos a sus primeras materias.

Sin embargo, una publicación científica reciente, llamada «Reciclaje Químico: Estado, Sostenibilidad e Impactos Ambientales», demuestra que la industria del reciclaje químico implica multitud de problemas técnicos, económicos e incluso problemas ambientales. El documento concluye con hallazgos tan rotundos como que el reciclado químico libera sustancias químicas tóxicas en el medio ambiente; deja una gran huella de carbono; carece aún de una demostración real de que funciona a escala; no puede competir en el mercado y no encaja con la economía circular.

El reciclaje químico libera sustancias 

químicas tóxicas en el medio ambiente

 

En esta línea, el análisis realizado por Global Alliance for Incinerator Alternatives (GAIA), la alianza que promueve la justicia ambiental, sostiene que la industria ha «exagerado enormemente» la viabilidad del reciclaje químico, que en general utiliza diferentes procesos para descomponer los plásticos en monómeros para reutilizarlos como plástico nuevo o convertirlos en combustibles. Aunque una solución de este tipo puede parecer ideal, la práctica sólida de la ingeniería y el sentido común muestran que el reciclaje químico no es la respuesta al problema de la sociedad de los desechos plásticos, tal y como aseguró Andrew Rollinson, uno de los autores del informe.

El estudio también argumenta que las tecnologías de reciclaje químico que convierten los plásticos de desecho en combustible no deberían considerarse reciclaje porque solo están estacionando temporalmente los combustibles fósiles en productos plásticos antes de quemarlos. 

¿Qué futuro le espera al reciclaje químico?

Otro informe, realizado por la dirección de investigación e innovación de la Comisión Europea en 2019, concluyó que el reciclaje químico concentraba un porcentaje importante de inversiones y destacó que esta tecnología tenía el «potencial de traer beneficios claros que complementan el reciclaje mecánico».

Por el contrario, del informe «Una economía circular para los plásticos» se desprende que la tecnología «no debe ser percibida como una solución mágica» para las corrientes mixtas o contaminadas de residuos plásticos y asegura que el subconjunto de tecnologías de reciclaje químico que convierten los plásticos en combustible no contribuyen a hacer una economía circular para los polímeros.

Las tecnologías de reciclaje químico que convierten los plásticos en combustible no contribuyen a hacer una economía circular para los polímeros

 

En definitiva, el problema principal es la falta «profunda» de información públicamente disponible sobre cómo funcionan estas tecnologías en las condiciones del mundo real. Porque, aunque existen expertos que sostienen que la viabilidad del reciclaje químico es una opción complementaria al reciclaje mecánico, lo cierto es que todavía existen demasiadas preguntas sin respuesta sobre él como para que se considere una solución viable a largo plazo a los problemas de residuos plásticos. Sobre todo, en una sociedad y un momento en el que se necesita urgentemente hacer la transición a una economía circular plena con soluciones efectivamente probadas.