Hace unos meses, el Gobierno dio luz verde al anteproyecto de Ley de Residuos con el objetivo de impulsar una economía circular, mejorar la gestión de residuos y luchar contra la contaminación. Dicha propuesta normativa recoge por primera vez en la legislación española limitaciones a determinados plásticos de un solo uso, restringiendo la introducción en el mercado de alguno de ellos y estableciendo un impuesto para avanzar en la reducción de los envases de plástico no reutilizables. El tipo impositivo será de 0,45 euros por kilogramo de envase, será de carácter indirecto y recaerá sobre la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de dichos envases no reutilizables.

Entre los productos de plástico de un solo uso sujetos a reducción están los vasos para bebidas, incluidos sus tapas y tapones y los recipientes para alimentos, tales como cajas, con o sin tapa, utilizados con el fin de contener alimentos que están destinados al consumo inmediato, in situ o para llevar. Para estos productos se ha de conseguir en 2026 una reducción del 50% en su comercialización, con respecto a 2022; y en 2030, esa reducción debe ser del 70%, también con respecto a 2022.

 


Otros artículos de interés: La UE debe doblar la capacidad para reciclar plástico si quiere cumplir los objetivos para 2030


 

En esta línea, Inglaterra acaba de prohibir que las empresas ofrezcan pajitas, bastoncillos y agitadores de un solo uso fabricados en plástico. De forma similar, Canadá también prohibirá a finales de 2021 el uso de algunos productos, como las pajitas o las bolsas de supermercados, como parte de un plan del Gobierno para lograr en 2030 dejar de generar basura plástica. Otro ejemplo lo da el gigante del comercio electrónico Amazon, pues también dejará de vender artículos de plástico de un solo uso, de nuevo las pajitas, bastoncillos de algodón, platos, cubiertos y vasos, a partir del 21 de diciembre en sus tiendas virtuales de la Unión Europea, Reino Unido y Turquía.

 

Para 2030, hay que reducir en un 70% el uso de los plásticos de un solo uso y, para ello, es muy importante el reciclaje

 

Todo esto hace más evidente que nunca la importancia de un proceso clave: el reciclaje. Todos los agentes implicados en la comercialización deben fomentar el uso de alternativas reutilizables, ya que la solución debe ir ligada en ese aspecto, es decir, en la búsqueda de técnicas que logren dar una segunda oportunidad a dichas plásticos y, por tanto, no en la toma de medidas que los eliminen por completo. De hecho, uno de los aspectos claves del anteproyecto tiene que ver con el diseño. Por ejemplo, se introduce el requisito de que las tapas y tapones que permanezcan unidos al recipiente o botellas PET cuenten con un 25-30% de plástico reciclado. En ese sentido, es muy importante apostar por la innovación para lograr técnicas de reciclaje no existentes hasta el momento.

Desde RepetCo Innovations lo han logrado con los envases PET/PE multicapa de origen posconsumo, ya que hasta el momento no se reciclan y acaban en contenedores o incineradoras. Sin embargo, gracias a su fábrica se logrará delaminar dichos envases para una reutilización sostenible. Es tanta la importancia que se está y se tiene que seguir dando al reciclaje que muchas de las grandes empresas españolas están yendo cada vez más en esa línea. Un ejemplo es Mercadona, que ha anunciado recientemente su compromiso para que en 2025 todos sus envases de plástico sean reciclables. Dentro de su Estrategia 6.25 también está la implicación por aportar información útil a los clientes para ayudarles en ese proceso.

 


Otros artículos de interés: Las grandes empresas se unen a la economía circular: El caso Nestlé


 

Cinco mitos sobre el impacto medioambiental de los plásticos de un solo uso

Ante esta creciente limitación del uso de los plásticos de un solo uso surgen también las dudas sobre cuál es su impacto real en el medioambiente. Es cierto que hay una sobreabundancia y que, simplemente, con pararse en los pasillos del supermercado se puede comprobar dicho aspecto. Sin embargo, es recomendable volver a incidir en que con el simple hecho de reciclar se puede reducir y minimizar ese impacto. Y es que, la producción y eliminación de los plásticos de un solo uso a menudo representa sólo un pequeño porcentaje de los impactos ambientales de un producto durante su vida útil, tal y como afirma la ingeniera ambiental de la Universidad de Míchigan (EE.UU), Shelie Miller y que recoge en un artículo el portal Residuos Profesional.

Miller explica cómo los consumidores tienden a fijarse en el impacto del embalaje y no tanto en el del producto en sí mismo. Sin embargo, “el consumo consciente que reduce la necesidad de los productos y elimina el desperdicio es mucho más efectivo para reducir el impacto ambiental general que el reciclaje”, asegura. Por eso, en el artículo ‘Five Misperceptions Surrounding the Environmental Impacts of Single-Use Plastic’, la ingeniera trata de desacreditar cinco de las percepciones erróneas más comunes:

  • Los envases de plástico son el mayor contribuyente al impacto ambiental de un producto: No es así, ya que el producto que se encuentra dentro del envase suele tener un impacto ambiental superior que el propio envase.
  • El impacto ambiental de los plásticos es mayor que el de cualquier otro material de embalaje: Tampoco es correcto, pues el plástico generalmente tiene un impacto ambiental global menos que el vidrio o el metal de un solo uso en la mayoría de las categorías de impacto.
  • Los productos reutilizables siempre son mejores que los plásticos de un solo uso: esto es una afirmación que es correcta, pero deben reutilizarse las veces suficientes para compensar los materiales y la energía utilizada para fabricarlos.
  • El reciclaje y el compostaje deberían ser la mayor prioridad: aunque los beneficios del reciclaje y compostaje sean muchos, siempre hay que tender a reducir el consumo general.
  • Las estrategias de ‘cero residuos’ que eliminan los plásticos de un solo uso minimizan los impactos ambientales de un evento: La reducción de los residuos y el consumo consciente, incluido un examen cuidadoso de los tipos y cantidades de productos consumidos, son factores mucho más importantes que dictan el impacto ambiental de un evento.

 


Otros artículos de interés: Las tecnologías destinadas a frenar el cambio climático marcarán el futuro