El coste ambiental del plástico en los bienes de consumo es 3,8 veces menor que el de los materiales alternativos

Construcción, automoción, inmobiliario, medicina, alimentación, deporte, educación…. Casi todos los sectores industriales dependen de los plásticos para posibilitar su desarrollo y comercio. Sin embargo, ese uso debe asentarse sobre la base de la economía circular, es decir, lograr una menor dependencia de los materiales vírgenes y, por ende, una mayor capacidad de reciclados. Para ello, es imprescindible que toda la cadena de suministro de la industria de los plásticos siga implicada en esa labor, desde la fabricación y el diseño hasta la gestión del final de la vida útil del producto.

Para lograr una verdadera economía circular, las empresas y organizaciones deben poner en práctica soluciones que prevengan la fuga de plásticos al medio ambiente, aumenten el reciclaje y reduzcan la extracción de recursos. Así, pueden implementar actividades para reducir la huella de carbono e incluso formar a sus empleados en materia de sostenibilidad. El informe ‘Sustainable in the Plastic Supply Chain, elaborado por la British Plastics Federation (BPF), pone el foco en ello y hace una serie de recomendaciones para la fabricación sostenible de plásticos:

  • Invertir en tecnología energéticamente eficientes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
  • Utilizar los recursos de manera eficiente, reduciendo el material, el agua y los residuos de los procesos
  • Adherirse a los principios y directrices del diseño sostenible
  • Maximizar el uso de contenido reciclado
  • Eliminar la pérdida de pellets de plástico

El reciclaje de plásticos reduce la emisión de gases en hasta un 80%

La economía circular también contribuye de manera significativa a la lucha contra el cambio climático, ofreciendo un enfoque que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. Hay que recordar que la Unión Europea ha puesto en marcha la estrategia ‘Green Deal’ para lograr el objetivo de neutralidad en carbono para 2050. En este sentido, entre el 28% y el 34% de las emisiones mundiales están relacionadas con la producción de alimentos, siendo un 24% causadas por la agricultura y entre un 5 y un 15% por el resto de la cadena de suministro. Por ello, es muy relevante resaltar que el reciclaje de plásticos ahorra una cantidad significativa de este tipo de gases que van desde el 30% hasta el 80% de las emisiones en la fabricación y procesamiento.


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Fuente: Informe de BPF

La BPF creó en 2008 un Acuerdo sobre el Cambio Climático para el sector de los plásticos en el Reino Unido, que se compone de acuerdos entre la industria y el Gobierno. De esta manera, se han logrado considerables reducciones en el uso de la energía, ayudando a disminuir las emisiones derivadas de la fabricación de los materiales. Y así, el sector de los plásticos ha logrado superar el objetivo inicial de lograr una mejora energética del 14% y ha conseguido llegar hasta el 19%. Esto se traduce en un ahorro de casi 555.000 toneladas de emisiones de carbono durante los años 2017 y 2018, lo que equivale a un año de uso de energía para unos 6.400 hogares.

En este sentido, hay que señalar que la industria de los transformadores de plásticos desempeña un papel crucial en lograr una economía más sostenible para este sector. Una de las formas clave es aumentar los volúmenes de polímeros reciclados en los nuevos productos que se comercializan. En la actualidad, se están reutilizando de forma anual unos 5 millones de toneladas a nivel europeo. Sin embargo, hay que recordar que desde la Comisión Europea se ha lanzado, de manera conjunta con la Circular Plastics Alliance, una iniciativa para alcanzar los 10 millones de toneladas de polímeros reciclados reutilizados para el año 2025.

Los envases de plástico son más sostenibles que el resto de los materiales

Aunque a simple vista se pueda pensar lo contrario, el coste ambiental del plástico en los bienes de consumo es 3,8 veces menor que el de los materiales alternativos que serían necesarios para sustituir al plástico. Esto se debe a que las alternativas de envasado de alimentos no plásticas aumentan el uso de energía en 2,2 veces, el de las emisiones de CO2 en 2,7 veces y el peso del envase utilizado se incrementa en 3,6 veces. Por tanto, los materiales alternativos al plástico producirían 2,7 veces más de emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de su vida. Esto se debe, principalmente, a que los envases de plástico cumplen la misma función con una masa de material significativamente menor por unidad funcional que los materiales alternativos.

A pesar de ello, a la hora de elaborar los envases es necesario que los principios de ecodiseño se adopten en la cadena de suministro de los plásticos. Diseñar envases sostenibles significa que se incluyan los siguientes aspectos:

  • Que sean fácilmente reciclables
  • Que incluyan los recursos de forma eficiente
  • Que incluyan contenido reciclado
  • Que sean reutilizables
  • Que contribuyan al comportamiento de los consumidores, por ejemplo, controlando las raciones o reduciendo los desechos de los alimentos

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