El paso de una economía lineal de “usar y tirar” a
una economía circular que busca optimizar los recursos alargando su vida útil y promoviendo su reutilización no es solo responsabilidad de los ciudadanos, sino también de las empresas. Y, precisamente, este es uno de los grandes retos socioeconómicos del siglo XXI, recogido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS) con el nombre de Producción y Consumo Responsable.
En el ámbito empresarial, este sigue siendo un reto que busca convertirse en realidad puesto que, según la consultora especializada en el crecimiento sostenible de las empresas, Kaizen Institute,solo 3 de cada 10 empresas españolas apuestan por la economía circular y esas iniciativas suponen solo el 12% de los recursos destinados a proyectos, inversiones e iniciativas estratégicas.
Sin embargo, cada vez son más las compañías que integran esta filosofía de vida a sus estrategias y modelos de negocio. Una de las más recientes en hacerlo ha sido el grupo Nestlé, empresa que en 2019 superó los 2.000 millones de ingresos, su cifra más alta desde 2008. La compañía multinacional ha lanzado su estrategia economía circular dentro del marco global de la sostenibilidad, una acción que ha emprendido con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas y contribuir a un futuro más saludable.
Futuro y Planeta son los dos conceptos sobre los que gira esta iniciativa en la que destacan cinco prioridades: la lucha contra el cambio climático, la contribución al modelo de economía circular, la gestión responsable de recursos como el agua, trasladar a la sociedad la importancia del compromiso medioambiental y llevar a cabo programas de formación y sensibilización tanto para empleados como para los propios consumidores.
Nestlé se centra en el “residuo cero”, con lo que se compromete a que ningún residuo acabe en un vertedero en ninguna de sus fábricas para 2020
Se trata de la primera empresa del sector a nivel mundial en poner en marcha una iniciativa sostenible similar y, dentro de ella, Nestlé se centra en el residuo cero, con lo que se compromete a que ningún residuo acabe en un vertedero en ninguna de sus fábricas de para 2020. Actualmente, sus 10 fábricas en España ya
se consolidan como «cero residuos a vertedero», así como dos de las plantas de agua embotellada y una de salsas de tomate, todas en el territorio nacional.
Envases 100% reciclables o reutilizables para 2025
Una práctica que la compañía ha decidido erradicar en el marco de esta nueva estrategia sostenible es la de que sus envases, incluidos los plásticos, acaben abandonados en la naturaleza, especialmente en ríos y océanos, pero tampoco en vertederos. Para ello, su compromiso es que el 100% de sus envases será reciclable o reutilizable en 2025. Así, entre los años 2020 y 2025 se eliminarán progresivamente todos los plásticos que no permitan su reciclaje o reutilización.
Para abordar un plan como este, es necesario que las empresas realicen acciones específicas y dediquen esfuerzos a la investigación de nuevos materiales o formas de reciclaje que den forma a un futuro sin desperdicios.