Las materias primas fundamentales son aquellos metales, minerales y materiales vitales para la economía que son esenciales para el funcionamiento de una amplia variedad de ecosistemas industriales y, por tanto, presentan un alto riesgo en el suministro. En este sentido, el nuevo Plan lanzado por la UE propone reforzar la autonomía estratégica abierta del Viejo Continente, ya que advierte de que la transición hacia la neutralidad climática podría conllevar la sustitución de la actual dependencia de los combustibles fósiles por la dependencia de las materias primas, de las que nos abastecemos en gran medida del extranjero y para las que la competencia mundial es cada vez más feroz.

La realidad es que cada vez se necesitan más recursos (energía, alimentos y materias primas), algo que está sometiendo al planeta a una presión extrema y está generando la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero y provocando más del 90% de la pérdida de biodiversidad y del estrés hídrico.

Por ello, si el objetivo es lograr la neutralidad climática de aquí a 2050, es fundamental ampliar la economía circular y desvincular el crecimiento económico del uso de los recursos, así como mantener este último dentro de los límites del planeta, tal y como comunicó la propia Comisión el pasado 3 de agosto. Y ese es precisamente el objetivo del nuevo Plan de la UE.

Un Plan que, por primera vez, incluye el litio en la lista de materias primas fundamentales por su importancia para la movilidad eléctrica. La inclusión del litio se efectuó tras realizar un estudio prospectivo sobre las materias primas fundamentales para tecnologías y sectores estratégicos desde las perspectivas de 2030 y de 2050.

Avanzar hacia una economía más circular podría generar un incremento neto de 700.000 puestos de trabajo en la UE de aquí a 2030

La lista contiene treinta materias primas fundamentales, cuyo suministro seguro y sostenible es esencial para una economía resiliente. Sin ir más lejos, solo para las baterías de los coches eléctricos y el almacenamiento de energía, Europa necesitará hasta dieciocho veces más litio en 2030, y hasta sesenta veces más en 2050. Como muestra el análisis prospectivo, no se puede permitir que la  actual dependencia de los combustibles fósiles se sustituya por una dependencia de las materias primas fundamentales. Un punto que ha quedado reforzado tras las “interrupciones” que han tenido lugar en las cadenas de valor estratégico como consecuencia del coronavirus.

Por tanto, lo que se pretende es cambiar el rumbo, desde una elevada dependencia a una circularidad, una innovación y un abastecimiento diversificados, sostenibles y socialmente responsables.

Circularidad de las materias primas

En este sentido, y en consonancia con el Pacto Verde Europeo, otras acciones abordarán la circularidad y sostenibilidad de la cadena de valor de las materias primas. Para ello, la Comisión elaborará criterios de financiación sostenibles para los sectores de la minería y las industrias extractivas para finales de 2021, a más tardar.

El Plan de Acción para la Economía Circular contemplado en el Pacto Verde Europeo tiene por objetivo desvincular el crecimiento del uso de los recursos a través del diseño de productos sostenibles y el aprovechamiento del potencial que ofrecen las materias primas secundarias. Esto supone avanzar hacia una economía más circular que podría generar un incremento neto de 700.000 puestos de trabajo en la UE de aquí a 2030. La circularidad y el reciclaje de materias primas mediante el uso de tecnologías hipocarbónicas es parte integrante de la transición a una economía climáticamente neutra.