Los residuos de envases alimentarios son un problema mundial. De hecho, según el informe Ocean Conservancy, hoy ya es el principal reto global en cuanto a contaminación. Muchos de estos envases se pueden reciclar, lo que supone un desafío tanto para los consumidores como para las autoridades públicas de cara a los próximos años.
Dentro de las estrategias de economía circular, una de las que mayor crecimiento está teniendo recientemente es la del Upcycling (o súper reciclaje, en español). Consiste en el aprovechamiento de residuos y materiales de desecho para fabricar con ellos nuevos productos de mayor calidad, de un mayor nivel ecológico y de un mayor valor económico.
Un impacto positivo y verificable
De la definición del Upcycling, así como de llevar a cabo acciones de educación medioambiental sobre él, se encarga la Asociación de Súper Reciclaje de Alimentos (UFA, por sus siglas en inglés). Esta entidad ha determinado, por ejemplo, los tres elementos esenciales para que un producto se englobe en la categoría de súper reciclado: que se derive de la transformación de uno o más residuos, que soporte una mayor calidad que el bien original en el que está basado en su mayoría y que sirva para prolongar el uso de estos materiales gracias al valor añadido que aporta.
Esta asociación vela, además, porque se conformen cadenas de suministro verificables en la elaboración de productos superreciclados, fomentando el impacto en un número cada vez mayor de industrias. En la actualidad, sectores como el textil, el audiovisual o muchas actividades relacionadas con la industria pesada son especialmente activos en el uso de este tipo de bienes.
Sin embargo, un reciente estudio elaborado por dos expertos de la Universidad Estatal de Oklahoma (Estados Unidos), Rodney Holcomb y Danielle Bellmer, señala que donde más desarrollo va a tener el Upcycling en los próximos años será en la cadena de valor alimentaria, ofreciendo una importante vía de escape a la generación de desperdicios en todo el mundo.
Efecto en la comida y en sus envases
El Upcycling en el sector de la alimentación se refiere tanto a la comida propiamente dicha como a los diferentes envases artificiales que los contienen. En este sentido, el informe asegura que será vital para el crecimiento del Upcycling el desarrollo global del nuevo Estándar de Certificación Reciclado, que ha lanzado la UFA hace apenas unos meses, y que estará visible de manera progresiva en cada vez un mayor número de artículos de alimentación.
De esta manera, el consumidor tendrá plenas garantías de la calidad de los productos (comida y envases) que conforman la industria de la alimentación. Las perspectivas económicas para este mercado son casi ilimitadas, habida cuenta de que, según Naciones Unidas, sólo en Estados Unidos, el desperdicio de productos relacionados con la alimentación supone un coste de 250.000 millones de dólares anuales.
En pocos años, por ejemplo, se podrán comercializar sin ningún problema para la salud mermeladas confeccionadas con fruta demasiado madura. Productos que hasta la fecha directamente acaban en vertederos o, en más ocasiones de lo deseable, tirados en los ecosistemas.
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En el caso de los envases alimentarios, las perspectivas son, también, inmejorables, ya que muchos de los productos de esta industria llevan aparejados alguna clase de envoltorio de plástico. En este sentido, el rol de las empresas de reciclaje, tanto en innovación como en reutilización de residuos, parece que será vital. Este es el caso de, por ejemplo, RepetCo, que, a través de un sistema patentado propio y respetuoso con el medioambiente, trabaja con envases de PET/PE multicapa alimentarios de origen postconsumo. Por medio de un proceso único, se generan rPET pellets y rPE que pueden ser utilizados de nuevo en la industria alimentaria con bandejas y envases de láminas multicapa de PET/PE; en botellas para refrescos o detergentes; y en fibras para la industria textil y del automóvil.
En definitiva, tal y como concluyen en su trabajo Holcomb y Bellmer, en un mundo global en el que existen tantos desequilibrios, el superreciclaje tiene que desempeñar un papel decisivo tanto para mejorar los problemas medioambientales como para paliar las desigualdades sociales. Y, para lograrlo, será muy importante determinar qué productos servirán para ofrecer una mayor reutilización de los residuos, conformando bienes de más calidad y que generen más valor añadido que los productos originales en que se basan.